25 de marzo de 2011

La red social



*Título original: 'The social network'

*Director: David Fincher


*Música: Atticus Ross, Treznor

*Estados Unidos, 2010







- Siento mucho que no estés suficientemente impresionado por mis estudios
- Y yo siento no tener una canoa; estamos en paz


- Seguramente llegarás a tener mucho éxito como experto informático, pero vas a ir por la vida pensando que no gustas a las chicas porque eres un friki, y yo quiero que sepas de todo corazón que eso no será verdad; será porque eres un gilipollas.


- A quién se lo has enviado?

- Nah, solo a un par de personas. La cuestión es: a quién se la enviarán ellos?


En un mundo en el que la estructura social lo era todo... aquello era un lujo!



Supongo que ya hace tiempo que tod@s visteis esta película; a mi la verdad que en su momento no me llamó la atención como para acercarme al cine , más allá del picorcito de la curiosidad diario por los comentarios sobre ella en mi muro de FB y del interés contagioso por la profesión de elqueduermeamilado.
Y creo que hubiese pasado sin verla si no fuese por esa vena de compradora compulsiva que tengo y el hecho de que me faltasen 80 céntimos de compra para que en Opencor me diesen dos cuchillos de cocina japoneses y no uno solo.


La película como película... no es nada para ser de Fincher. Cámaras estáticas, giros de 360º (es decir, te quedas como estás, no existen) ... Aún no veo lo que los críticos encontraron de estimulante. Creo sinceramente que si no estuviese basada en hechos reales (es decir, no tuviese de público a gran parte de los 500 millones de adeptos de la red social) esta película no hubiese tenido ni con mucho la repercusión que tuvo.
No es una historia de picapleitos. Si querían hacer una historia sobre el nacimiento de una idea revolucionaria se les quedó superficial. Y si lo que querían era retratarnos al creador... flaco favor! o no?

A los diez minutos de película, después de haber revisado la carátula del dvd para comprobar que no había cogido por error la enésima entrega de la saga "American Pie", me sentía realmente estúpida por estar permanentemente conectada (a mis 30 años!) a una web creada por un casi-baby yankee despechado una noche de borrachera

Y metiéndome un poco más en el asunto la sombra que planea sobre mi es básicamente una: al final todos somos unos pringados? Me explico: es tremendamente paradójico que alguien con un perfil social tan bajo como Zuckerberg, inadmitido en los clubes universitarios, a quien deja su pareja, que pierde (y con razón) al único amigo que tenía... sea quien ha marcado la forma en la que el resto del mundo maneja sus relaciones sociales. Capaz de ver todas aquellas cosas que unos buscamos en los otros para tejer esa tela de araña en la que hemos caido pero incapaz de manejar su propio entorno.
Es como si Coco Chanel no supiese combinar los zapatos... Será que muchas veces nuestros propios miedos o complejos nos impiden hacer esas cosas que en los demás vemos tan sencillas?

Por otro lado, mi idea del creador de FB era la de un chaval brillante, algo friki, muy geek, que tuvo una idea genial, casi un héroe que montó un negocio multimillonario a partir de una idea sencilla e inocente, casi idílica, como es básicamente tener amigos. Casi podía escuchar el "We are the World" de fondo al ver esos ricitos rubios en las fotos...

En su perfil M. Zuckerberg escribe:

"I'm trying to make the world a more open place by helping people connect and share"

Y bien, ¿quizás olvidó poner: "y ya de paso embolsarme unos cuantos billetes vendiendo a algún amigo para subir mi ego después de que una chica me dejase por ser un friki bastante idiota"?

Digamos que hace unos años que comparto vida con un Zukerberg en potencia (y en guapo!), y de ahí que mi idea del nacimiento de todo esto tuviese más que ver con la palabra "crear" que con "desarrollar", más inventiva y menos estrategia. Quiero decir que esperaba del tal Mark algo más bohemio, más artístico...
Y en realidad no vi nada de eso en el personaje. Vi a alguien despechado, resentido, vendido, traidor. Aunque no alcanzo a saber que parte de todo eso se debía al color y calor del dinero, y qué parte a una desesperación social; puede que el desarrollo del personaje se haya quedado un poco cojo en la peli.

No tengo muy claro si me cae mal y me alegro, o si me resulta tierno y le compadezco cuando le veo pulsa-que-te-pulsa 'refresh' ansioso porque la chica le acepte (la solicitud de amistad), como quien busca el salvavidas tras un naufragio.


La moraleja podría ser, como dicen los de Ikea: no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita. ¿¿??