28 de diciembre de 2010

Ágora


* Director: Alejandro Amenábar

* Música: Dario Marianelli


* España. 2009








Nuestra biblioteca es todo lo que queda del saber de los hombres.

-Por qué no te dejas bautizar?.... Es solo cuestión de tiempo!
- De verdad es sólo cuestión de tiempo? Pues discúlpame Notable, pero que yo sepa tu dios aún no ha demostrado ser ni más justo ni más piadoso que sus predecesores. Realmente es cuestión de tiempo que yo acepte tu credo?
- Y por qué esta asamblea aceptaría consejos de alguien que admite no creer absolutamente en nada?
-Creo en la Filosofía.


- Ahora mismo la Tierra entera podría estar moviéndose y nadie se da cuenta, excepto tú y yo. ...
- Hipatia, mira a tu alrededor; muerte, horror, destrucción... Si los astros se movieran en círculo, por qué compartirían esa perfección con nosotros?


- Hablas de mercadear con la fe? .... ... Sinesio, tú no cuestionas lo que crees, tú no puedes; yo debo.
...

- Si no accedes yo ya no podré protegerte... Hipatia, no lo ves? .. sin ti no podré vencer a Cirilo.


- Orestes... Cirilo ya ha vencido.



Me ha llevado unos días saber por dónde empezar a escribir, hasta que anoche me topé con una crítica de lo más feroz sobre la película, casi personal al director, y con un cierto menosprecio a los actores. Siempre que me dicen que si aquí esrcibo críticas de cine contesto que no, que no me siento capacitada, ni creo tener el poder de la opinión absoluta, que mis gustos o pareceres se conviertan en escritura irrefutable.
No sé si será buena idea, pero este post será mi contracrítica.
Comenzaré por el director, Alejandro Amenábar. En uno de los múltiples párrafos que tecleé para luego borrar, venía a decir que en mi opinión la crítica (o parte de ella) le mira de reojo, le hace sentir incómoda, como el compañerito de clase que siempre contesta antes y mejor que tú a las preguntas del profesor. Son recelosos, pero no puedes negar la evidencia: te lleva un curso de ventaja.
Le pese a quien le pese, este director ha venido a refrescar el panorama del cine español, y además con una calidad muy superior a la que nos tienen acostumbrados. Si las dos pegas del cine nacional son la falta de ideas y la falta de presupuesto, por qué tanto empeño en cargar contra alguien que presenta cosas nuevas, o que es capaz de buscarse la vida hasta obtener un presupuesto de 50 millones?
No le perdonan que sea ambicioso, que crea en hacer algo más que comedia de cuarta o folletín de mujeres histéricas e histriónicas de la España profunda. Yo creo que ser ambicioso no es un defecto, sino una virtud, o cuando menos una buena cualidad para salir del aburrido videoclub en el que se había convertido la taquilla española.
Si nos centramos en Ágora, cuanto más la veo (y creo que van como 6 veces ya) más apenada me quedo de que la película no dure una horita más. He leído el calificativo "lamentable", y realmente he querido llamar al crítico y preguntarle si confirmó el número de la sala antes de entrar y sentarse en la butaca; en serio hablamos de la misma película?? Acusa a Amenábar de crear una película vacía, son ideas, sin hallazgos, impersonal.... Yo creo que la gran carencia del film es la falta de tiempo, la falta de las escenas que se eliminaron del montaje final precisamente para que gente con pocas entendederas no la considerase demasiado densa.
No querido, esta no es una película sobre una mujer, o sobre las matemáticas o el fanatismo. Es una película sobre todas esas cosas a un tiempo, sobre el choque entre ellas en un momento de la Historia.
Rectifico: el problema es la falta de minutos de película junto con la poca capacidad de entrelazar ideas, sucesos y personajes e ir más allá. Puedes sentarte en la butaca con la intención de salir con una idea cerrarda y concreta, hacer un copy-paste de la idea de otro; o puedes ver una película que te dé los hilos con que tejer tus ideas, que te haga plantearte de qué lado estarías o te prenda la mecha de la curiosidad por ciertos acontecimientos.

El mismo Amenábar dijo: "mi cine no es un cine de respuestas, sino de preguntas" .
Ágora nos sitúa en un momento, en un tiempo y un lugar lejanos y concretos, pero todas y cada una de las historias podríamos transportarlas a hoy y seguirían siendo actualidad. Según palabras de su creador "somos nosotros mismos unas vueltas de la Tierra más atrás"

Alejandría era centro cultural del mundo. La astronomía había influído de forma evidente en la religión, y ahora ésta asomaba la cabeza en la política. Hipatia vive para el conocimiento, como ella misma afirma debe cuestionarse todo, y ahí su mundo está a punto de dar un giro de 180 grados. Nos encontramos en un momento clave para la historia de la ciencia, se plantea el paso de un sistema geocéntrico al heliocéntrico, y ante semejante acontecimiento uno no actúa como hombre o mujer, sino como científica. Lo que algunos han querido ver como un personaje mal elaborado y una interpretación vacía por parte de Rachel Weisz, es para mi la representación de ese momento clave en la ciencia a lo largo de los siglos, en que todo aquello que dabas por supuesto, lo que eran hasta entonces los pilares de todas las teorías se desmorona. Yo pude sentir la emoción, la incertidumbre, la confusión de Hipatia, intentando dejar de lado todo lo escrito hasta entonces para aprender a ver el universo con ojos nuevos. No es la interpretación lo que quedó vacío, sino las bases del conocimiento astronómico las que se diluyeron hace quince siglos. Yo no creo que no nos estén contando ninguna historia sobre Hipatia, sino que nos están mostrando precisamente el abismo personal al que se enfrenta un científico cuando se avecina un cambio radical del conocimiento. Solo un ejemplo: algo para nosotros tan asumido como la inercia, no era por entonces nisiquiera un concepto! Si ves la escena del barco, no puedes pretender que termine con un speech de Hipatia explicando una conclusión mágica que le dé sentido al universo; lo mágico de esas escenas es precisamente que no hay conclusión! Sabían que había algo, que acababan de demostrar algo, pero ... el qué?! Yo encuentro en esos puntos de la película la representación del espíritu científico, ese "no saber" que lleva, solo a algunas mentes privilegiadas, a seguir buscando hasta cambiar el mundo tal y como se ve.
Por supuesto un punto clave en este caso es el hecho de que Hipatia fuese una mujer; acaso si hubiese sido un hombre hubiesen terminado con él de esa manera? le hubiesen acusado de brujería? Y lo que es más trascendente: hubiese pasado tan desapercibida a lo largo de siglos y siglos de ciencia? Tuvieron que pasar diez siglos hasta que Johannes Kepler diese nombre a aquello que trajo a nuestra heroína de cabeza durante tanto tiempo! diez siglos! en los que probablemente nadie buscó en ella una referencia, un punto de partida o continuidad para el estudio. Triste, realmente triste que por el hecho de ser mujer una vida dedicada a la ciencia sea invisible a los ojos de la Historia.

Dejo la ciencia a un lado (o no) para pasar al tema religioso. Para mi hay una frasecita, pequeña y que casi pasa desapercibida, que representa el desarrollo de este asunto a lo largo de la película (y por qué no de la Historia): "desde cuándo son tantos los cristianos?" En religión, como en tantas otras cuestiones, el hombre actúa como animal gregario, como manada, y cuánto mayor es el grupo más fuerte te haces (o te crees) Para los paganos los cristianos eran poco más que una panda de vándalos, tomaron la decisión de ajustarles las cuentas sabiéndose ganadores en número "hay que terminar con sus agravios... temerán nuestras espadas!". Error. Ese pequeño grupo resultó ser mucho más numeroso de lo que pensaban y ahora el cabecilla pagano dice "habrá que negociar". Les lanzaron una opa hostil y ahora se les vino la ruina.

Y como tantas otras -malditas- veces a lo largo de nuestra historia, cayó el conocimiento. La biblioteca fué devastada. Si el saber nos hace libres, cada vez que lo arrasamos nos condenamos. Por qué tanto miedo a aprender? qué absurdo! ... Yo me emocioné, hasta se me escaparon un par de lágrimas viendo cómo se destruía la biblioteca, sentí cierta vergüenza ajena, y me pregunté dónde estaríamos hoy si no se hubiese perdido todo aquello.

Con la caridad por delante Cirilo y los parabolanos captaron a la mayoría pobre y esclava de Alejandría, y la aristocracia antes pagana se vió poco más que forzada a la conversión. El poder político claudica ante el poder religioso, y entramos así en la Edad Media.


Años después los que habían sido proscritos se habían hecho mayoría. No pongamos etiquetas, los hechos se han repetido siempre de uno y otro lado. Coge a unos pocos con ansia de poder, dales una masa de gente carente de enseñanzas y esperanza pero ansiosos de una vida mejor, agítalo bien y obtendrás un ejército ciego dispuesto a morir. Así nacen los fanatismos, ese movimiento tan de actualidad, que ahora se asocia al Islam, pero que aquí vemos con otro uniforme. Somos tremendamente parciales, con una memoria a tan corto plazo que si miramos unos siglos más atrás quizás nos sintamos perdidos. Nos empeñamos en buscarle los errores a los demás, buscar su punto débil para hacernos fuertes y atacar, y olvidando casi siempre que en algún momento nosotros fuimos ellos.

Esta película viene a enfrentarnos con nuestra imagen en el espejo. Puedes identificarte con el escepticismo de Hipatia, con la incipiente y dubitativa fe de Davo o con el pragmatismo culpable de Orestes, o quizá con ninguno de los tres, pero lo cierto es que como especie, el hombre seguramente no haya cambiado tanto. Más allá del geocentrismo o el heliocentrismo, lo que sí seguimos a rajatabla es una corriente tremendamente egocentrista. Nos creemos los únicos, los mejores, y al final, igual que el árbol o la hormiga somos química, física y probabilidades, aunque en eso hayamos querido ver a lo largo de los siglos la varita mágica de algún dios.